“La Economía se halla asediada por mayor número de sofismas que cualquier otra disciplina cultivada por el hombre. Esto no es simple casualidad, ya que las dificultades inherentes a la materia, que en todo caso bastarían, se ven centuplicadas a causa de un factor que resulta insignificante para la Física, las Matemáticas o la Medicina: la marcada presencia de intereses egoístas.”
Así comienza el clásico de Henry Hazlitt: La economía en una lección. Con esta idea en mente, su autor establece una apreciación inicial que será el hilo conductor a lo largo de la obra: “el arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.” Así es que, para Hazlitt, la distinción entre un buen y un mal economista – y, a su vez, el enfoque que nos permite desmarañar las innumerables falacias que acechan a esta ciencia – reside en poder entender, no sólo las consecuencias inmediatas de un hecho económico, sino también sus consecuencias a largo plazo; así como sus efectos, no sólo para un grupo, sino para el conjunto de la sociedad.
Al igual que Hazlitt en el primer capítulo de su obra, e inspirándonos en el autor decimonónico francés, Frédéric Bastiat, daremos mayor claridad al enfoque del libro exponiendo la “falacia de la ventana rota”. Supongamos que el dueño de un supermercado llega a su local un lunes por la mañana y alguien ha roto una de sus ventanas. Para este empresario, esto es una verdadera faena, no obstante, se le indica que este hecho es en realidad una bendición, ya que ahora tendrá que contratar a alguien para reparar dicha ventana, generando actividad económica y empleo en la ciudad. ¡Se dirá que se ha conseguido aumentar el PIB! ¿Qué puede haber de malo en ello? Hasta aquí, nos hemos centrado meramente en las consecuencias directas de la ventana rota, no obstante, hemos obviado por completo que el mismo dinero que ahora tendrá que ser dedicado a arreglarla, se iba a emplear en la compra de un traje nuevo, un sofá o realizar una inversión para el futuro. Sea como fuere, ese dinero habría sido destinado a otro uso, dando empleo y haciendo crecer el famoso PIB en otro sector. Con todo, no podemos argumentar que ahora seamos más ricos (ni el empresario, ni el conjunto de la sociedad), ya que antes disponíamos de la ventana y de un posible traje nuevo, sofá, etc. y ahora únicamente de la ventana, que se ha tenido que reparar.
Exponiendo con la misma lógica situaciones similares, nos encontramos ante un libro introductorio, de sencilla lectura, que si bien escrito para todos los públicos, no debemos menospreciar. Se trata de una obra esencial para establecer las bases sobre las cuales poder evaluar el conjunto de consecuencias de las políticas económicas que nos rodean, tanto en la época de su primera edición en 1946, como en la actualidad. Así es que, un breve repaso al índice del texto nos lleva a pensar que podría haber sido escrito ayer mismo, con capítulos analizando temáticas como: el control del precio del alquiler, rescates públicos a industrias, salario mínimo, aranceles, trabajos públicos o la mecanización del trabajo y su implicación para el trabajador, entre muchas otras. Podemos apreciar que, tras más de 70 años desde su publicación, seguimos enfrentándonos a problemáticas económicas similares.
La economía en una lección nos presenta una visión clara sobre la cual poder entender no sólo las consecuencias directas de una política económica u otra, sino también sus consecuencias indirectas, no sólo las consecuencias inmediatas y visibles, sino también aquellas que emergen con el paso del tiempo y que por este hecho apreciamos con mayor lejanía y dificultad. Por ello, se invita a la lectura de esta publicación a toda persona, iniciada o no en economía, que quiera asentar unas bases lógicas sobre las cuales entender en su conjunto el entorno económico que nos rodea. Sin duda, es una de las obras más accesibles y didácticas que podamos leer para iniciarnos en esta materia.