Recomendación: Padre Rico, Padre Pobre

17/02/2021

“La riqueza es medida como el número de días que el ingreso de tus activos puede mantenerte, y la libertad financiera se logra cuando el ingreso mensual de tus activos excede tus gastos mensuales”.

Un gran porcentaje de la población tiene dificultades económicas y la inmensa mayoría considera que el problema es no tener suficiente dinero, cuando la realidad radica en la ausencia de educación financiera. Si lo primero fuese solución sobre lo segundo, no se habría demostrado que el 70% de los ganadores de lotería quiebra en menos de cinco años.

A través de este libro, de forma anecdótica y desafiando algunos conceptos convencionales, el empresario Robert Kiyosaki, nos enseña una serie de principios acerca del dinero, el trabajo, el emprendimiento y las finanzas de acuerdo con lo que le transmitieron su “padre rico” y su “padre pobre”. El tener “dos padres”, siendo a priori una fuente de opiniones encontradas para el autor, se convierte en el punto de partida a la hora de lograr el control de su futuro financiero. Tener dos opciones nos obliga a pensar, analizar, evaluar y tomar una decisión.

La obra nos ayudará a comprender que la libertad financiera es, además de una realidad, un objetivo alcanzable. Y nos animará a actuar tomando las riendas de nuestro propio destino, sin esperar a que la situación mejore, desarrollando una serie de habilidades destinadas a la generación de ahorro, a invertirlo y a que ese dinero trabaje para nosotros. Para ello, el autor repasará desde nociones básicas en materia de contabilidad hasta los distintos tipos de activos, con el objetivo de convertir estos últimos en una fuente de ingresos independientes de nuestro trabajo.

Su sencillez, la claridad en los conceptos y su tono motivacional lo convierten en un libro dirigido a cualquier tipo de público, consiguiendo generar en el mismo un interés en las finanzas. No esperen encontrar una guía para enriquecerse sino un cambio de mentalidad en lo que al juicio acerca del dinero respecta. Desde sus primeras páginas, Kiyosaki consigue atrapar al lector aplicando el sentido común como respuesta a problemas corrientes que se nos presentan a lo largo de nuestra vida.

Es un libro que toda persona quisiera haber leído antes, que todo padre quiere que su hijo lea y que todo hijo querría que su padre hubiese leído.

Padre Rico, Padre Pobre alcanzó el primer lugar de las listas de superventas de The Wall Street Journal, USA Today y The New York Times, de manera simultánea.

Recomendación: La economía en una lección

08/02/2021

“La Economía se halla asediada por mayor número de sofismas que cualquier otra disciplina cultivada por el hombre. Esto no es simple casualidad, ya que las dificultades inherentes a la materia, que en todo caso bastarían, se ven centuplicadas a causa de un factor que resulta insignificante para la Física, las Matemáticas o la Medicina: la marcada presencia de intereses egoístas.”

Así comienza el clásico de Henry Hazlitt: La economía en una lección. Con esta idea en mente, su autor establece una apreciación inicial que será el hilo conductor a lo largo de la obra: “el arte de la Economía consiste en considerar los efectos más remotos de cualquier acto o política y no meramente sus consecuencias inmediatas; en calcular las repercusiones de tal política no sobre un grupo, sino sobre todos los sectores.” Así es que, para Hazlitt, la distinción entre un buen y un mal economista – y, a su vez, el enfoque que nos permite desmarañar las innumerables falacias que acechan a esta ciencia – reside en poder entender, no sólo las consecuencias inmediatas de un hecho económico, sino también sus consecuencias a largo plazo; así como sus efectos, no sólo para un grupo, sino para el conjunto de la sociedad.

Al igual que Hazlitt en el primer capítulo de su obra, e inspirándonos en el autor decimonónico francés, Frédéric Bastiat, daremos mayor claridad al enfoque del libro exponiendo la “falacia de la ventana rota”. Supongamos que el dueño de un supermercado llega a su local un lunes por la mañana y alguien ha roto una de sus ventanas. Para este empresario, esto es una verdadera faena, no obstante, se le indica que este hecho es en realidad una bendición, ya que ahora tendrá que contratar a alguien para reparar dicha ventana, generando actividad económica y empleo en la ciudad. ¡Se dirá que se ha conseguido aumentar el PIB! ¿Qué puede haber de malo en ello? Hasta aquí, nos hemos centrado meramente en las consecuencias directas de la ventana rota, no obstante, hemos obviado por completo que el mismo dinero que ahora tendrá que ser dedicado a arreglarla, se iba a emplear en la compra de un traje nuevo, un sofá o realizar una inversión para el futuro. Sea como fuere, ese dinero habría sido destinado a otro uso, dando empleo y haciendo crecer el famoso PIB en otro sector. Con todo, no podemos argumentar que ahora seamos más ricos (ni el empresario, ni el conjunto de la sociedad), ya que antes disponíamos de la ventana y de un posible traje nuevo, sofá, etc. y ahora únicamente de la ventana, que se ha tenido que reparar.

Exponiendo con la misma lógica situaciones similares, nos encontramos ante un libro introductorio, de sencilla lectura, que si bien escrito para todos los públicos, no debemos menospreciar. Se trata de una obra esencial para establecer las bases sobre las cuales poder evaluar el conjunto de consecuencias de las políticas económicas que nos rodean, tanto en la época de su primera edición en 1946, como en la actualidad. Así es que, un breve repaso al índice del texto nos lleva a pensar que podría haber sido escrito ayer mismo, con capítulos analizando temáticas como: el control del precio del alquiler, rescates públicos a industrias, salario mínimo, aranceles, trabajos públicos o la mecanización del trabajo y su implicación para el trabajador, entre muchas otras. Podemos apreciar que, tras más de 70 años desde su publicación, seguimos enfrentándonos a problemáticas económicas similares.

La economía en una lección nos presenta una visión clara sobre la cual poder entender no sólo las consecuencias directas de una política económica u otra, sino también sus consecuencias indirectas, no sólo las consecuencias inmediatas y visibles, sino también aquellas que emergen con el paso del tiempo y que por este hecho apreciamos con mayor lejanía y dificultad. Por ello, se invita a la lectura de esta publicación a toda persona, iniciada o no en economía, que quiera asentar unas bases lógicas sobre las cuales entender en su conjunto el entorno económico que nos rodea. Sin duda, es una de las obras más accesibles y didácticas que podamos leer para iniciarnos en esta materia.

Recomendación: Jugarse la piel

18/01/2021

“No me digas lo que piensas, dime lo que hay en tu cartera”

Uno de los principales atractivos de “Jugarse la piel” de Nassim Taleb es que vamos a encontrar principalmente ideas contraintuitivas en contra de la corriente dominante, todo ello escrito de una manera original, a través de ejemplos muy gráficos, metáforas y aforismos, que nos llevarán a una inmediata y continua reflexión acerca de lo que estamos leyendo.

“Jugarse la piel” rezuma la imperiosa necesidad de proporcionalidad. Es una prevención a ver normal en nuestra sociedad cómo se externalizan los riesgos a terceros, y una advertencia sobre la vital necesidad de asumirlos para que en todos nuestros actos y consejos exista simetría, algo que, aunque parezca obvio, no hacen personas influyentes en el mundo de la política, economía, periodismo, educación, empresa, etc., incluso llegando a aprovechar el acceso a la información para obtener la parte de los beneficios y trasladar las perdidas.

Todo lo anterior hace que este libro esté plagado de conocimientos acerca de cuestiones éticas y morales, la equidad, la justicia, la responsabilidad y la reciprocidad, necesarias para que un individuo se desarrolle aprendiendo (en su propia piel y no en la de otros) y la sociedad avance.

A través de “Jugarse la piel” vamos a comprender mejor el mundo y a aprender a tomar mejores decisiones en todos los ámbitos de la vida: personal, financiero, empresarial, político… Nos permitirá estar atentos para diferenciar la teoría de la práctica, lo que separa el conocimiento real y el cosmético.

“No trates a los demás como no quisieras que los demás te trataran a ti”

Regla de oro negativa, más poderosa (la plata vence al oro)

Recomendación: Un paso por delante de Wall Street

11/01/2021

El legendario inversor Peter Lynch tiene en su palmarés haber sido el gestor del fondo de inversión que mayor rentabilidad ha obtenido en un periodo de 13 años (entre 1977 y 1990). Durante ese periodo en el que estuvo al frente del fondo Fidelity Magellan, éste obtuvo una rentabilidad del 2739% (29% anualizado). Por sus hitos como inversor y por la trayectoria profesional combinado con su pensamiento alejado de “las mayorías” Lynch es considerado un inversor único, irrepetible, maestro de maestros y referencia de tantas generaciones de inversores que aplican sus principios fielmente.

En este libro, escrito en un lenguaje llano y comprensible, recomendable para cualquier persona, desde quien se quiera iniciar en el mundo de la inversión hasta gestores con más experiencia, Lynch nos da las pautas que le han permitido alcanzar las rentabilidades espectaculares que consiguió en el Fidelity Magellan mientras estuvo al frente del mismo. Y nos anima a buscar los famosos tenbaggers del futuro (aquellas que multiplican por 10 sobre el precio de compra) y que han hecho famoso al autor. 

Desde compañías cíclicas, a compañías de rápido crecimiento, pasando por “las ignoradas” por el mercado o aquellas que acometían reestructuraciones (turnaround), el autor hace un barrido de diferentes empresas que han representado un éxito como inversor, incluyendo también algún fracaso y las lecciones extraídas.  

No exento de humor defiende como inversores no profesionales, pero con un profundo conocimiento de ciertos negocios o sectores (en ocasiones como usuarios u operadores – como es el caso de su mujer), pueden detectar excelentes inversiones, e incluso batir a gestores profesionales, a partir de sus conocimientos y simplemente profundizando un poco en el análisis de esos negocios en su “circulo de competencia”. Centrarse en lo que uno sabe y conoce, desarrollar el pensamiento crítico sin ruido ajeno, evitar el “imperativo institucional” (ser lo que otros esperan de mi, aunque no lo sea), evitar el pensamiento en grupo o el conflicto de intereses (riesgo agencia) son también parte de las claves que Lynch nos ofrece para invitar al lector a iniciarse en el proceloso mundo de las inversiones. 

Por su estilo y contenido, el libro “engancha” al lector desde el primer momento haciendo de su lectura un placer y una forma de aprender disfrutando.  

Libro fundamental para cualquier persona que se interese en el mundo de las inversiones y obligatorio en la biblioteca de cualquier inversor.

Y recuerden el lema del gran Peter Lynch: Conozca bien donde invierta.