Beltrán Parages, socio fundador de Azvalor Asset Management, nos recuerda la importancia del value investing y cómo se torna fundamental para garantizar el éxito de una inversión. La paciencia, el estudio de los datos y la confianza son tres factores clave para conseguir que nuestra inversión sea exitosa.

¿Cómo definiría el value investing para aquellos que todavía no conozcan esta filosofía de inversión?

El value investing es invertir con sentido común. Supone pagar por algo menos de lo que vale. Por eso toda inversión debería ser value, ¿o acaso, hay alguna otra forma de invertir?

La dificultad está, por un lado, en determinar el valor de un activo, y, por el otro, en tener la paciencia y la actitud correcta para encontrar la forma y el momento de aprovechar la oportunidad de pagar por ese activo una cantidad por debajo de su valor. Y aunque parezca fácil, no lo es, pues requiere la confluencia de muchos atributos que lo hacen complicado. Conocer el valor de un activo requiere muchas horas de trabajo, mucha experiencia y un gran esfuerzo. Y también tener la paciencia suficiente para esperar la oportunidad y la determinación de invertir cuando el resto de los inversores no lo hace.

En un momento como el actual, en el que se vaticina el final de ciclo económico y una posible recesión en los próximos años, ¿es aún más fundamental el value investing?

Atendiendo la definición de inversión value, ésta es válida en cualquier momento del ciclo. Pero, es verdad que en determinados momentos hacen que sea más difícil y aún más necesaria.

Por un lado, el inversor está influenciado por el retrovisor y, en general, está influenciado por los últimos años, años que han sido extraordinarios desde el punto de vista de rentabilidades de todos los activos. Ha sido uno de los mejores decenios, en términos de rentabilidad, de la historia. Y ha afectado, en general, a todos los activos, (deuda gobiernos, deuda corporativa, inmobiliario, bolsas etc.) Y eso genera dos grandes dificultades: Por un lado, las altas expectativas del inversor que descuenta que las rentabilidades esperadas hoy deben ser parecidas a la de los últimos años. Eso genera impaciencia y ansiedad cuando el resultado esperado no es el real.

Y por otro, cuando el precio de los activos sube mucho, en general el riesgo que asume el inversor es mucho mayor y las rentabilidades futuras son mucho menores. Y más, si como apuntas, el ciclo de las economías desarrolladas está en un punto muy avanzando.

¿Recomendarías a los inversores apostar el 100% de su inversión basada en la filosofía value?

Invertir siguiendo los principios del value es siempre recomendable.

Pero el inversor tiene que ser consciente que toda inversión requiere tiempo para dar frutos y que durante ese tiempo el mercado, con toda seguridad, nos va retar. Nos pondrá a prueba y la fortaleza mental y el convencimiento de lo que hacemos es fundamental para el éxito de la inversión. Si no, es muy probable que una inversión, por buena que sea en su origen, acabe en una rentabilidad mediocre, o negativa. Por eso es fundamental que cada inversor decida “la cantidad y el tipo” de ahorros que puede dedicar a estas inversiones. Es mejor poco dinero y más plazo que mucho dinero y poco plazo.

¿Dónde hay más valor en el mercado, qué sectores o regiones destacan?

Pregunta difícil. Sólo podemos contestar desde la subjetividad de nuestro conocimiento y con una contestación ex ante. El resultado ex post será, seguramente, diferente a lo que contestemos. Porque la inversión, como la vida, está sujeta a variaciones permanentes.

Nuestro principio básico se apoya en saber y conocer bien lo que hacemos, y el objetivo fundamental es tratar de evitar perder dinero antes de ganarlo, es decir evitar hacer inversiones fallidas.

Hoy vemos mucha complacencia en comprar activos a unos múltiplos desorbitados y asumir unos beneficios que a nosotros nos generen dudas en cuanto a que puedan ser tan elevados en el futuro. La política de tipos cero y los programas de QE han hecho bajar el nivel de exigencia de muchos inversores, pero dudamos que sea sostenible en el tiempo. Las costuras de romperán por algún lado. Hoy, más que nunca, hay que extremar la precaución, entendiendo bien que nos llevamos cuando invertimos en las empresas.

Nos fijamos especialmente en aquellos sectores que producen bienes que son necesarios para que el mundo arranque cada mañana, necesarios para mejorar la calidad de vida de miles de millones de personas, activos que son universales y necesarios para todos y que, sin embargo, cotizan como si ya no hicieran falta. Y son sectores donde ni la competencia ni la disrupción son un problema. En general estamos tranquilos al comprobar que son empresas difíciles de replicar y propietarias de activos únicos. Y, sin embargo, es interesante comprobar, cada día, como las narrativas en contra de estos sectores son ampliamente aceptadas, pero los datos, y los hechos, apuntan a lo contrario.

Estamos, quizá, ante una de las mejores oportunidades de inversión que hemos vivido en nuestra carrera profesional.

Dentro de Europa, España es uno de los países que más confían e invierten en el value investing, ¿por qué cree que es así?

Invertimos en España una cantidad desproporcionada a lo que corresponde a una inversión global, pero lo hacemos por el hecho de ser españoles. Y aun así, España no pesa más del 15% del total de nuestras inversiones.

En España tenemos la ventaja de conocer a las personas clave de todas las empresas desde hace 25 años. Y no sólo España. También metemos en la ecuación a Portugal, país que nos ha dado muchas oportunidades en los últimos años (quizá por no ser un país considerado como buen destino por la mayoría de los inversores).

Los principales inversores como Warren Buffet han seguido la filosofía value, pero no solo él. Al mirar las rentabilidades anualizadas en los últimos 20 años, en muchas ocasiones supera el 20%, ¿puede decirse que invertir en valor a largo plazo es seguro?

No hay nada más seguro que invertir en una buena compañía, gestionada por un buen equipo y comprarla a un buen precio.

No quita que el camino haya dificultades y turbulencias. Pero eso no es lo complicado. Lo difícil es encontrar las oportunidades. Y tener el conocimiento y la personalidad para invertir cuando una inversión no es popular. Pero si la encuentras puedes dormir tranquilo y dejar que tu dinero trabaje por ti.

Hace poco escuché decir a un gestor que él era “muy conservador” y por eso “tenía todo el patrimonio en renta variable”, ¿qué hay de cierto en esa frase?, ¿compartes esa idea?

Estoy de acuerdo.

Invertir en una compañía es ser dueño de un trozo de esa empresa. Si la empresa en cuestión opera negocios competitivos, de calidad, difíciles de replicar por la competencia, sus gestores son honestos y capaces, además de dueños, y se juegan todo su patrimonio en el futuro de la empresa, tenemos mucho a nuestro favor. Si, además, el mercado nos permite participar en esa empresa pagando un precio muy por debajo del valor real de la misma, se puede afirmar que es una inversión muy conservadora, además de muy rentable.